sábado, 26 de septiembre de 2009

Juan Carlos Superman, alias el Negro - Primera entrega

Hola, mi nombre en Argentina es Juan Carlos Superman, si, es lo que dice mi documento, digo en Argentina porque ese no es mi nombre de origen. En Djibouti, en mi tribu me conocían como Muteketeke, era el Rey de mi tribu, pero en una revuelta originada por la pelea de las girafas contra los Leones en busca de quedarse con el poder de aldea, mi gobierno fue derrocado y tuve que irme.

Voy a tratar de contarles mi historia, que gracias al señor Prospero puedo relatarselas a través de este medio, ya les voy a contar cual fué el precio, no monetario, que le tuve que pagar al señor Prospero, isleño solitario, para poder publicar en su blog de gran prestigio.

Todo empezó en esa terrible y sangrienta pelea entre girafas y leones, originada porque el mas longevo de la manada de girafas se quiso levantar al hijo del rey de los leones de esa zona. Si como leen, la mas vieja de las girafas despues de tantos años había salido de closet y se había declarado gay, pero no le alacanzó con eso, sino que se quizo transar al hijo, bastante mariconazo, del rey de la selva. Yo le dije - girafa, no es para vos, buscate uno de tu especie -, pero la girafa estaba convencido de lo que quería, decía que le gustaba como le colgaba la melena, que se yo, son cosas de gays, yo no las entiendo. En si la feroz revuelta comenzó, cuando el mismo rey de la selva encontró a la girafa practicandole un felatio al leon, si,un felatio!!, al menos no hubo final feliz, pero eso el rey de la selva no lo pudo tolerar, y le declaró la guerra, que le sirvió de escusa para derrocarme a mi, que nada tuve que ver en este quilombo entre anihomsexuales.

Pude llegar hasta el puerto mas cercano que quedaba a 1500 kilometros, afortunadamente todos los africanos sabemos correr porque a los leones les gusta la carne de negro, entonces llegué bastante rápido, gracias a eso y tambien a las drogas, obviamente, o se piensa que los que rompen records de los cien metros están limpios, pues déjenme decirles que no.

Al llegar al puerto, subi al primer barco que vi, y es asi como me gané el apodo de superman,apodo que se convertiría en mi nombre mas tarde. Resulta que estaba subiendo por la escalerrilla lo mas disimuladamente posible, aunque eso es bastante complicado, porque además de ser muy negro, mido 2.10 metros, osea que disimular no es mi fuerte. Al llegar a la escotilla del barco, me tiré de cabeza a la bodega, con los brazos extendidos hacia adelante, y es ahí donde ve el capitan del barco, que resulto ser un pariente de la aldea enemiga a la que yo reinaba, por lo que además de darme latigazos con el cable de acero de la grua montacargas me puso el mote de superman.

Le imploré al capitan que me dejase quedar, y depués de catorce accesos carnales por parte de él y su trupulación me permitieron que me quede.

No me importaba adonde se dirigía el buque, solo quería irme.

Este es un adelanto, pronto, mi viaje por el oceano acompañado por 14 marineros con falta de sexo, y mi llegada a Buenos Aires, y la pelea con el cartonero.

Hasta pronto

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