domingo, 9 de enero de 2011

Memorias de mi pasado: por el TUCHO




Dado que necesito descargarme emocionalmente, y principalmente, que el delito ya ocurrió hace muchos años, así que supongo que prescribió, les contare por este medio mi delito perfecto el cual me transformo en El Tucho Angeleri.
Hasta una madrugada de Abril de 1959 mi nombre era William Bernanrd, un cuasi adulto residente de Estados Unidos. Pero esa madrugada todo cambió, la mutación se inició cuando irrumpí en la joyería Tiffany´s en Nueva York. “¿Fui a la bóveda?” se preguntaran ustedes. No, les respondo yo, lo que buscaba no eran joyas, sino la araña de luces, la cual no tiene precio. Cuando estaba bajando, una mujer joven y muy apuesta me atrapó, me dijo que me detenga dado que es el negocio de su padre. Ella era Tiffany. Yo le respondí que no. Nos miramos, la excitación se apoderó de nuestra razón. Hicimos el amor toda la noche. En la mañana, antes que la policía llegara y de que Tiffany despierte, escapé con la araña. Le deje una nota a esta chica, en la cual le decía que me encuentre en México, pero me vine a Argentina. No confiaba en ella. Además, me gustaba el tango. Aquí tomé una nueva identidad, borré mi pasado, me camufle entre gente común de este país y suprimí las posibilidades de levantar algún tipo de sospecha haciéndome pasar por un argentino común y corriente.
30 años después recibí una postal desde Nueva York. En la misma Tiffany me dice que tengo un hijo, que es el jefe de la policía de esa ciudad. Le mando una carta a Tiffany que me encuentre en Montevideo, junto al Puerto. Ella muy contenta me contesta con otra carta contándome que me estuvo esperando todos estos años, que nunca volvió a tener otro amante. Esto nunca me interesó, no fui a Montevideo, me fui a Tigre, en donde vivo desde ese día. En mi living cuelga la araña de luces que motivó mi cambio de identidad. 

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