Un chorizo internautico que ya está a punto y un parrillero celestial que lo abre en mariposa para que lo pongas en el pan de tus días y con un poco del chimichurri de la vida quede listo para que le des una mordedura de ansias de libertad y así saciar el ragú de tu angustia. Que sea lo que Jebus quiera, un choripán en la costanera de tu vida.
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